miércoles, 23 de diciembre de 2015

Escribir...

Escribir... cuando estas sola, cuando no tienes a nadie, cuando estas a miles de kilómetros de casa, cuando nadie esta cerca para abrazarte, para decirte que todo va ir bien. Escribir para desahogarte, porque llorar es demasiado fácil, pero aun así las lágrimas inundan el teclado. Escribir porque todos los sentimientos que el ser humano puede sentir, se agolpan dentro de mi y necesitan salir fuera, porque nunca se me dio bien hablar, porque la soledad fue y es mi mejor amiga, pero ella nunca contesta.. solo escucha. Escribir para no volverme loca, para no dejar que los miedos, los errores y las inseguridades se apoderen de mi. Para no pensar que es culpa mía, que soy una cobarde y que siempre dejo escapar el tren aun estando en la estación. Escribir para sentir que existo y que no soy un fantasma que nadie puede ver. Escribir para simplemente no pensar. Para no hacerme preguntas que solo me hieren mas. Escribir... quizás.. no se... para encontrar una respuesta, un camino que seguir, una persona identificada o simplemente...un consuelo.

Escribir... cuando nadie entiende mis palabras.

María.

Volver

Desde siempre me gusto escribir, quizás eso es porque no se me da muy bien hablar. Porque me expreso mejor con un lápiz o un teclado, que con mis labios. Porque no digo lo que siento, lo escribo. Si, lo se, suena un poco cobarde, quizás yo soy un poco cobarde. Cobarde frente a los sentimientos, no frente a la vida. Me marche de España en septiembre del 2013, siempre tuve muchos sueños en mi cabeza, siempre quise algo más, siempre quise ser diferente. 
Dos años y tres meses después, mas un idioma muchas veces impronunciable, aquí sigo. Volver, ese verbo que ronda mi cabeza cada vez que me vengo abajo, cada vez que me rompen el corazón o cada vez que no se como seguir. Sentirme vulnerable hace que añore mi hogar. Pero reflexiono, respiro hondo, alzo la cabeza y recuerdo porque estoy aquí. 

Este es mi modo de desahogarme, escribiendo.

María.